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26 abril, 2007

La voz a ti debida


¿Serás, amor,
un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse.
En el primer encuentro
con la luz, con los labios,
el corazón percibe la congoja
de tener que estar ciego y sólo un día.

Amor es el retraso milagroso
de su término mismo:
el prolongar el hecho mágico,
de que uno y uno sean dos, en contra
de la primer condena de la vida.

Con los besos,
con la pena y el pecho se conquistan,
en afanosas lides, entre gozos
parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando,
hermana de la muerte, o muerte misma.

Cada beso perfecto aparta el tiempo
le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.

Ni el llegar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo, altísimo, temblando.

Y la separación no es el momento
cuando brazos, o voces,
se despiden con señas materiales.
Es de antes, de después.

Si se estrechan las manos, si se abraza,
nunca es para apartarse,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos
es una despedida larga, clara.

Y que lo más seguro es el adiós.

PEDRO SALINAS

Y ahora que


Y ahora qué? Todos se piensan que estoy bien
Y en verdad te echo de menos sin parar

Y ahora qué? dime, cómo se logra olvidar
Algo que no tuvo lugar

Y ahora qué? y ahora qué?

Y lo hemos hablado un millón de veces
Nos irá mucho mejor así

Lo hemos hablado
Tú por tu lado y yo por el mío
Y ahora si

Qué hago yo ahora con un millón de besos
Que no me dio tiempo a darte aquella vez

Y ahora qué? y ahora qué?

Y dicen que todo lo que empieza acaba (acaba)
Y esto terminó sin comenzar

Y lo hemos hablado un millón de veces
y aun así qué hago yo ahora con un millón de besos
no me dio tiempo aquella vez

Y ahora qué ?
No me dio tiempo aquella vez
ANTONIO VEGA Y CONCHITA
Vuelos Baratos y Viajes