Medio paso detrás de él,
la recuerdo como si fuera ayer el primer día.
Pálida ya por la edad,
pocos kilos vestían su vida.
De pronto se fué hacia algún lugar,
donde nadie la fué a buscar.
Dejó la inmensidad del silencio en un lugar,
que él visita todavía,con una rosa cada día.
Cada segundo en un cajón,
cada momento en un suspiro.
Todas las sábanas con su olor,
y la sensación de haber perdido,
las horquillas en el tocador,
todas las risas en su bolsillo.
Medio paso detrás de él,
ya solo quedaba mucho frío.
Se dice de él,
que por mucho que pase el tiempo,
siempre vivirá en invierno.
Y es que desde que se fué,
un profundo frío congelaba sus recuerdos
y también a él.
Detuvo su reloj,
el día que ella que no volvió.
Juró que nunca más,
encendería en su hogar,
el fuego que ella preparaba,
y apagó todas las llamas.
TIZA
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